Los años 2022 y 2023 han sido los más cálidos, y de lejos, comparados con el resto de años de registro. Asimismo, ha vuelto a ser un año muy seco. La sequía ha marcado mucho esta vendimia, sobre todo en primavera, que es el momento en el que la planta necesita más agua para desarrollarse vegetativamente. Ello ha provocado la salida de sarmientos poco desarrollados, la mayoría sin uva, causando un descenso de producción muy considerable.
Este 2023 podemos diferenciar dos zonas de producción en el Priorat. La zona oeste, de Gratallops hasta Lloar y Bellmunt, donde las precipitaciones han sido muy escasas, y la zona oeste, de Torroja hasta Porrera y La Morera del Montsant. Aquí, aunque no excesivas, las precipitaciones han sido más abundantes.
La vendimia ha sido corta y temprana. Comenzó el 28 de agosto, con uvas provenientes del Lloar, y terminó el 28 de septiembre con las últimas uvas provenientes de Porrera.
En cuanto a los datos analíticos, también es necesario diferenciar entre las dos zonas antes mencionadas. Sobre todo en lo que se refiere al grado alcohólico, bastante más alto en las uvas procedentes de la zona oeste. A pesar de haber mayor grado en la zona oeste, las acideces se han mantenido, debido a las bajas producciones, que han concentrado el contenido del grano. En cambio, en la zona este, los grados han sido más moderados, pero las acideces se han mantenido a buen nivel, debido en gran parte a una menor cantidad de noches cálidas en relación a la vendimia pasada.
Por lo general, consideramos que será una añada con vinos intensos en boca, con un buen color y buena capacidad para envejecer.